Época:
Inicio: Año 1 A. C.
Fin: Año 1 D.C.

Antecedente:
LA CRONICA DEL PERU



Comentario

De las diócesis o obispados que hay en este reino del Perú, y quién son los obispos dellos, y de la chancillería real que está en la ciudad de los Reyes


Pues en muchas partes desta escriptura he tratado los ritos y costumbres de los indios y los muchos, templos y adoratorios que tenían, donde el demonio por ellos era visto y servido, me parece será bien escrebir los obispados que hay y quién han sido y son los que rigen las iglesias, pues es cosa tan importante el tener, como tienen, a su cargo tantas ánimas. Después que se descubrió este reino, como se hubiese hallado en la conquista el muy reverendo señor don fray Vicente de Valverde, de la orden del señor santo Domingo, traídas las bulas del Sumo Pontífice, su majestad lo nombró por obispo del reino, el cual fué hasta que los indios lo mataron en la isla de Puna. Y como se fuesen poblando ciudades de españoles, acrecentáronse los obispados; y así, se proveyó por obispo del Cuzco el muy reverendo señor don Juan Solano, de la orden del señor santo Domingo, que vive en este año de 1550, y es al presente obispo del Cuzco, donde está la silla episcopal, y de Guamanga, Arequipa, la nueva ciudad de la Paz. Y de la villa de Plata, de la ciudad de los Reyas y Trujillo, Guanuco, Chachapoyas, lo es el reverendísimo señor don Hierónimo de Loaysa, fraile de la misma orden, el cual en este tiempo se nombró por arzobispo de los Reyes. De la ciudad de San Francisco del Quito y de Sant Miguel, Puerto Viejo, Guayaquil, es obispo don García Díaz de Arias; tiene su silla en el Quito, que es la cabeza de su obispado. De la gobernación de Popayán es obispo don Juan Valle; tiene su asiento en Popayán, que es cabeza de su obispado, en el cual se incluyen las ciudades y villas que conté en la descripción de la dicha provincia. Estos señores son los que yo dejé por obispos al tiempo que salí del reino, los cuales tienen en los pueblos y ciudades de sus obispados cuidado de poner curas y clérigos que celebren los divinos oficios. La gobernación del reino resplandece en este tiempo en tanta manera, que los indios enteramente son señores de sus haciendas y personas, y los españoles temen los castigos que se hacen, y las tiranías y malos tratamientos de indios han ya cesado por la voluntad de Dios, que cura todas las cosas con su gracia. Para esto ha aprovechado poner audiencias y chancillerías reales y que en ellas estén varones dotos y de autoridad, y que, dando ejemplo de su limpieza, osen ejecutar la justicia y haber hecho la tasación de los tributos en este reino. Es visorey el excelente señor don Antonio de Mendoza, tan valeroso y abastado de virtudes cuanto falto de vicios, y oidores los señores el licenciado Andrés de Cianca y el doctor Bravo de Saravia y el licenciado Hernando de Santillán. La corte y chancillería real está puesta en la ciudad de los Reyes. Y concluyo este capítulo con que, al tiempo que en el consejo de su majestad de Indias se estaba viendo por los señores dél esta obra, vino de donde estaba su majestad el muy reverendo señor don fray Tomás de San Martín, proveído por obispo de las Charcas, y su obispado comienza desde el término donde se acaba lo que tiene la ciudad del Cuzco hacia Chile, y llega hasta la provincia de Tucuma, en el cual quedan la ciudad de la Paz y la villa de Plata, que es cabeza deste nuevo obispado que agora se provee.